La Grieta II. 
A Petrus

“Tu Petrus…” Sos Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi iglesia.”
Mateo. 16.18

Jesús, al que le gustaban los juegos de palabras tanto como las parábolas para transmitir su mensaje, le había puesto un sobrenombre a Simón el pescador, que según los chismes era duro como una piedra. Simón (a) Pedro, fue primero su discípulo y luego su primer delegado en el reino terrestre.

Petrus nos propone en su comentario sobre “La Grieta” un par de líneas de investigación que me parecen desafiantes.

Primero nos dice que “la famosa grieta está naturalizada como inevitable, y tal vez sea así…”

Creo que la siguiente hipótesis es razonable: si interpelamos al azar a diez caminantes en la ciudad de Buenos Aires con la pregunta “Usted de qué lado de la grieta está?” es factible que seis contesten que decididamente de uno, tres de ninguno y sólo uno preguntará “De qué grieta me habla usted?”

Este probable resultado nos permitiría afirmar que - en efecto - la dichosa palabrita está incorporada al conjunto de supuestos del lenguaje común de los porteños con un significado preciso. O sea, se ha naturalizado con ese significado particular y no con ningún otro.

Toda palabra o frase que se instala de este modo termina siendo cuestionada cuando cambian las condiciones culturales que la consagraron. Con esto me permito afirmar que pueden ser “inevitables” sólo por un tiempo, hasta que se las discuta. Si no fuera así, seguiríamos creyendo que no se puede beber vino con sandía.

Como decíamos en otras entradas, el propósito de esta conversación en forma de blog es investigar la consistencia de palabras, frases y criterios que no se verifican verdaderos sólo porque se escuchen más frecuentemente.

Discutirlos con “todos los que hablan de buena leche”.

Algo más sobre “la grieta”: toda construcción del lenguaje no es sino una explicación de una porción de la realidad. Las explicaciones nunca son inocentes, sino interesadas, empezando por las que los padres prodigamos a nuestros hijos para que obren como a nosotros nos parece mejor.

Vale la pena preguntarse a quién beneficia la instalación de la palabrita en cuestión.
Estoy seguro de que no a nuestra querida nación.

Pero sigamos con Petrus.

Es indiscutible que nuestra sociedad, como todas, requiere un proyecto político inclusivo.

En el mientras tanto, vuelvo a acordar en que debemos priorizar la discusión por el sentido de términos, frases y consignas que traemos desde la infancia y que se han vuelto al menos ambiguas, no obstante lo cual se las recita desde cualquier micrófono con la impunidad que otorga la confusión general.

Libertad, igualdad, soberanía, solidaridad, justicia…
Patria.

Ahí están, como “dolores que aún no tienen bautismo.”

Gracias Petrus.

Catulo. 


Comentarios

Entradas populares de este blog