“Yo en la antipolítica no me meto…”

(Dedicado a Ale y a nuestro comentarista anónimo)

Gracias a ambos por estimularnos a reflexionar. 

El propósito de este pequeño espacio es ir despejando juntos la maleza de los prejuicios. Esa tarea no puede ser sino colectiva.

Continuando…

Según muchas filosofías la condición humana conlleva como rasgo distintivo el del libre albedrío, o sea, el poder o la facultad de elegir.

Según entiendo, la crítica de Clodia al uso de la frase “Yo en política no me meto…” no pretende juzgar la libre elección de una persona que no se dedica a la “cosa pública”, sino que se refiere a quien denosta esa actividad haciendo propaganda de su individualismo. 

Toda frase hecha tiene el propósito de justificar una conducta dudosa, y la secuencia de la justificación se revela si profundizamos un poco: una cosa es valorar la Política - así, con mayúscula -, y a aquellas personas que se comprometen con alguna idea de bien común, pero elegir libremente dedicar su vida a otra vocación, y otra muy distinta es despreciar la actividad política y luego acomodar convenientemente el argumento de por qué, tratando de quedar siempre bien en la foto.

Como dice Ale, toda conducta humana es inevitable y fatalmente política, tanto la del dirigente partidario como la del empresario como la del albañil o el funcionario o el artista.

Porque, lo sepamos o no, todos contribuimos o bien a la consolidación de este sistema de convivencia, con su reparto de ventajas y desventajas, o a su cuestionamiento, por creer que se puede construir uno mejor. El discurso antipolítico viene a decirnos que nada puede cambiar.

Cierto es que el ejercicio del poder en nuestra sociedad contemporánea parece haber perdido su contenido de idealismo, su componente ético original, y parece ser sólo expresión de los íntereses de los poderosos, de ahí la decepción y el escepticismo.

Por otra parte, los casos de funcionarios y dirigentes que han aprovechado su posición para enriquecerse son tan notorios que pareciera que los honestos no existieran, cuando en realidad constituyen la verdadera multitud, dignificando al ser humano con su generosidad sin hacer espamento.

Hay un interés miserable en difundir la premisa de que si un dirigente político, gremial o social es corrupto, todos lo son. Y este mensaje es perversamente administrado por los grandes constructores del sentido común.

En esta materia, como en muchas otras, no se requiere ser ingenuo para mantener la esperanza en el ser humano, aunque a veces debamos aferrarnos a ella con los dientes apretados. 


Catulo

Comentarios

alejandro crimi ha dicho que…
El viejo se rompió la cabeza. La hinchó hasta perderla. Unos años antes nos dejó algo que vuela y se impone más allá de los tiempos. De cualquier tiempo. #No hay hechos, hay interpretaciones#. F. Nieztche.

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