Un tal Nietzche, nosotros y el 2018

Ale Crimi nos recuerda aquella frase que parece haber formulado Friedrich Nietzche en una de sus obras póstumas. Digo “parece” porque esas obras las editó su hermana después de que el filósofo falleciera, y hay sospechas de que alguna mano metió en la edición…

“No hay hechos, sólo interpretaciones.”

Con perdón del juego de palabras, la frase no tiene nada de “hecha”, aún hoy.
Pero además, obliga a la interpretación.

Los caminantes son sorprendidos por un violento chaparrón.

Se oyen los insultos mientras el agua traviesa hace su trabajo de empapar a todos.
Difícil que algún atrevido plantee que la lluvia es en ese momento sólo una construcción mental de un colectivo ocasional.

Sencillamente… llueve.

Naturalmente, la frasecita nos lleva de inmediato a la cuestión del conocimiento de la verdad, ni más ni menos.

Sin entrar en densidades para las que no me da el cuero, parece fácil acordar en la imposibilidad práctica de encontrar la “verdad” respecto de cuestiones tales como la existencia de dios, la vida después de la muerte o el origen del universo…

Respecto de estas cuestiones la ignorancia es universal.

Sin embargo, hay hechos irrefutables empíricamente: nuestro planeta gira alrededor del sol, y no al revés; los medios de transporte son más veloces hoy que hace dos siglos; el presidente Kennedy fue asesinado y no se suicidó; la mayor parte de la superficie terrestre está cubierta por los mares; en enero de 1833 la marina de su majestad británica ocupó las Islas Malvinas y allí continúa…

Respecto de estas cuestiones es universal su conocimiento.

Como también hay hechos cuya ocurrencia es dudosa: llegó acaso Neil Armstrong a pisar la luna o fue un montaje escénico? Lee Harvey Oswald le disparó a JFK por propia iniciativa o detrás suyo estaba un autor intelectual corporativo? Ocurrió realmente la Guerra del Golfo como la vimos por TV o fue una maniobra distractiva preelectoral?

Respecto de todo esto sólo algunos tienen  la información clave.

Nuestra época está caracterizada por la profusión de hechos públicos dudosos, pero respecto de los cuales se impone una visión unívoca a partir de la incidencia de los grandes emisores de “interpretación”, que son los medios concentrados. 

En el extremo, si todas son interpretaciones no existe la verdad, o es absolutamente irrelevante, por lo que quienes controlan la interpretación controlan a la sociedad toda. 

El viejo y tradicional periodismo buscaba “la verdad” sobre los hechos.
El negocio mediático de nuestros días produce “frases hechas” a insertar en los zócalos de la pantalla de TV. Luego acomoda la difusión de hechos que respalden la frase. Y si  no los hay los crea.

No puedo dejar de pensar que alguien sabe más sobre el atentado a la AMIA, cómo murió Santiago Maldonado, o qué pasó realmente con el ARA San Juan.

Entre otras cuestiones que nos duelen tanto a los argentinos.

Por un 2018 más cerca de la verdad.

Catulo














Comentarios

alejandro crimi ha dicho que…
Hola. A veces pareciera que no alcanza con estar cerca de la verdad. Pienso en un revisionismo histórico Algo que nos deje cerca del mazo. Barajar y dar de nuevo a cara limpia.

Entradas populares de este blog