Roban pero hacen


Otra frase célebre acuñada durante los 90. 
Uno la escucha y piensa en María Julia Alsogaray con las pieles sobre el cuerpo desnudo, o en Adelina de Viola -¿se acuerdan de ella?. 
Quien sabe viditay por donde andará…
Lo cierto es que la sociedad estaba convencida de eso. Y no se sentía mal por convalidar ese modelo de Robin Hood a la inversa. Los medios lo repetían, y lo consagraron como conciencia ética ciudadana: sentirse cómodos aceptando que los políticos robaran mientras hicieran. La política quedaba desprestigiada pero las personas dejaban a salvo su buena moral.
En los 90 hubo privatizaciones, ramal que para ramal que cierra y flexibilización laboral. 
Hubo "plata dulce" y durante un tiempo anduvimos contentos. Era una fiesta de pocos pero algo se filtraba hacia abajo hasta que la plata se terminó. Y vino el Fondo Monetario.  Y sólo quedó la deuda. Y el 2001. Y "que se vayan todos".  
Durante el gobierno kirschnerista también hicieron. Esta vez todo al revés del menemismo: hubo pago de deuda, reestatizaciones de empresas privatizadas y  reapertura de ramales.  Por varios años anduvimos contentos y hasta tranquilos. También hubo robos ostensibles -como el de José Lopez - no se me ocurre otro ahora mismo-  o sospechados de robo -como Julio de Vido en cana hasta que se aclare. 
Pero esta vez la prensa ya no fue tan comprensiva y los tildó a todos de ladrones.  
¿La frase podría haber sido algo así como “Hacen pero Roban?”  
Así se instaló una nueva conciencia ética en los votantes: no importa lo que hacen, basta de korrupción K. 
Otra fiesta que tenía que terminar.
Luego llegó el cambio y la esperanza en un nuevo gobierno que de una vez por todas haga y no robe.
En eso estamos desde hace dos años y medio. 
En el último mes el dólar sube sin parar y la cotización de la moneda verde ha vuelto a ser la vedette de las pantallas y la razón de zozobra de la población que todos los días siente que su plata ya no alcanza. Vemos la cara del ministro de economía Dujovne día por medio dando conferencias y explicando por qué sube (aunque no por qué tenía su casa de tres pisos declarada como baldío). Intuimos que esas "fluctuaciones del mercado" deben beneficiar a alguien pero como la timba no es robo… aceptamos que para los pocos que compran y venden con buenas ganancias sea otra vez una fiesta aunque la inflación sea imparable y golpee a la mayoría. Además vuelve el FMI.  Ahora las metas de ellos serán las nuestras. Y estamos todos asustados porque habrá que seguir ajustando. Pero el gobierno y los analistas serios nos dicen que este es el camino, que aguantemos y nos apretemos el cinturón. Las tarifas no se tocan porque el gas estaba demasiado barato, no como en Uruguay.  
Hasta la semana pasada teníamos el mejor equipo de los últimos 50 años pero en tres días nos quedamos sin el presidente del Banco Central -Sturzenegger-  y sin Aranguren el ministro de energía que renunció ayer. (¿A donde irá? ¿Nos olvidaremos de él como la olvidamos a Adelina?) También parece que Cabrera -el de producción-  se va como presidente del BICE. ¿y la producción? No importa. Lo que importa es que bajemos el gasto público, que achiquemos el estado ineficiente. Volver al mundo tiene sus costos. Etc, etc.
Más allá de quien prefiere lo hecho en los 90 o quien lo hecho en la década pasada, el 51 % de este país apostó a un cambio, a confiar en que "como no lo necesitan capaz que no roban..." 
Lo que empieza a preocupar y mucho es que -aún si eso fuera verdad- nadie parece comprender muy bien qué es lo que hacen.
Lo que agiornado al 2018 sería algo así como "suponiendo que no roben ¿qué hacen?"

Clodia


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