De Alika alikate a Lo peor ya pasó

Parece mentira pero la mayoría de los bonaerenses votaron esa consigna en 2009 en las elecciones de medio término. La pavada ganándole a la política y a los proyectos de país.

Es que los medios generan mantras y conforman el discurso vacío de “la gente” que chilla en las calles. Fuimos desde alika alicate pasando antes por Todos somos El campo para convertimos en Nisman hasta que llegó para quedarse la cantinela del se robaron todo y la pesada herencia de los últimos años.

Ahí están el comunicador “independiente” taladrando con la corrupción k y la muchedumbre zombie batiendo cacerola, obsesionados con bolsos que se tragaron sus impuestos de buenos ciudadanos, alimentándose ilegalmente de las escuchas íntimas de una ex presidenta con un colaborador de confianza para escandalizarse porque ella putea. Escatológico. Como si alguien nos grabara en el baño y luego lo publicara parar nuestro escarnio.

Azuzando el fantasma de la corrupción para tapar el desastre económico aparecen funcionarios que deslizan una vez más que lo peor ya pasó.
Hasta un gringo del FMI balbuceó que “la peor pasó”.
Pero esta vez el mantra no parece funcionar. 

Pese a los odiadores siempre dispuestos a seguir rumiando la misma mugre que mantiene viva la llaga y la purulencia de sus almas agusanadas. No prende como verdad. Ni siquiera ellos se la creen un poco como para colgarse la consigna. 

Nos piden que no estigmaticemos a la fuerza policial por el accionar de 5 malos policías mientras tildan de asociación ilícita a todo un gobierno porque hubo -como es propio de la condición humana- algunos funcionarios corruptos. 
La señora de los almuerzos nos guiña un ojo y nos pide que votemos de nuevo a Macri mientras señala con su dedo acusador a actrices y actores que osaron  manifestarse a favor del proyecto anterior.

Es muy cansadora tanta hipocresía ¿no?   

Por eso conjeturo -tal vez con algo de inocencia- que irán quedando atrás, reducidos a la mínima expresión del 25% que siempre admira a Europa, a Estados Unidos y que no se cansa de despreciar nuestra latinoamérica de pieles oscuras.

La minoría que aplaude la mano dura hasta que el horror del gatillo fácil la sacude un poco, aunque no tanto como para animarse a pensar que es el resultado previsible después de ignorar lo de Santiago Maldonado o lo de Rafael Nahuel…O se horroriza otro poco con la saña de una bestia que prende fuego a dos indigentes sin atinar a ligarlo con la paliza colectiva que aunque terminó con un joven muerto igual justificaron porque sólo era la vida de un ratero.

Duelen esos pocos cuando los vemos atizar el fuego de los linchamientos -mediáticos o reales- y nos sentimos impotentes frente a su nula información, su bronca desembozada y su negativa a escuchar razones y argumentos.

Pero mucho me temo que nada podrá hacerse con los que se empecinan en exigir venganza y castigos ejemplares para calmar su enojo. Nada podremos inventar para impedir que se ahoguen en la bilis de su rencor.  Mitiguemos el daño con humor y tolerancia porque los veremos representados en los rostros de dirigentes resentidos que deambulan por los programas de “opinión” aferrados a la denuncia permanente y la calumnia. Desdibujados en sus gestos, mustios espectros revolviendo el caldo de una impunidad que siempre juzgan ajena. 

Jamás podremos convencerlos. Ellos prefieren creerle al periodismo de investigación que miente y miente porque algo quedará... 

Habrá que aislarlos en las urnas, porque lo peor sólo pasará si somos capaces de neutralizar su violencia y construir entre todos y todas una nueva oportunidad.
  
Patricia Riche



Comentarios

Osvaldo ha dicho que…

Espero que estos espectros de dirigentes sigan eternamente condenados a revolver el caldo de sus miserias.
Siento que algo debemos hacer para que los "comunicadores independientes"
no continúen haciéndonos beber de El Leteo, tratando de convencernos que la culpa es del hecho maldito que ocurrió hace mas de setenta años.
Fede Marastoni ha dicho que…
Nunca podremos convencerlos, pero la historia ha probado que si podemos vencerlos. En las urnas, que es la primer batalla, aunque aveces parecemos pensar que es ganar la guerra

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