Quien sabe Alicia este pais… 

"-Cuando yo uso una palabra -dijo Humpty Dumpty con tono burlón- significa precisamente lo que yo decido que signifique: ni más ni menos
-El problema es -dijo Alicia- si usted puede hacer que las palabras signifiquen tantas cosas diferentes.
-El problema es -dijo Humpty Dumpty- saber quién es el que manda. Eso es todo" 
 (Alicia a través del espejo, L. Carroll)

Los que pasamos los 50 solemos coincidir en que queremos disfrutar a pleno nuestro tiempo, sea el que sea. El horizonte de un final que parecía lejano está de repente a la vuelta de la esquina. 
“No lo pienses en años, pensalo en días: son un montón de días” me dice una amiga optimista y esperanzada ante el porvenir.
Siempre lo por venir. La travesía de los seres humanos tratando de entender de qué se trata lo que sucede desde que aterrizamos en este bendito planeta. 
Primero observamos, luego aprendemos a repetir gestos y palabras, más tarde reproducimos costumbres y mandatos. Con suerte logramos escaparle a lo previsible para dedicarnos lo mas que se pueda a algo que nos guste. Las más de las veces sin llegar a rebelarnos demasiado contra lo que inevitablemente nos exige el sistema: adaptarnos para sobrevivir. Y mientras tanto los años pasan y cómo dice la canción nos vamos poniendo viejos. Trabajamos, amamos, procreamos, cuidamos, soltamos y por fin nos podemos sentar a disfrutar sin interrupciones. 

Muchos recordamos la imagen de miles de esclavos trabajando bajo el látigo para construir las pirámides, y aunque es cierto que en Egipto había esclavos -la mayoría prisioneros de guerra- el trabajo estaba bien remunerado. Y cuando la paga no llegaba o no satisfacía, había huelgas. 
Por eso esa imagen tiene más de licencia artística que de realidad pero parece haber generado fantasías a las que no quieren renunciar los ricos y poderosos de este mundo.

Si no ¿cómo se explica que insistan con la flexibilización laboral que habilite salarios bajos, despidos sin indemnización y reforma previsional que nos tenga trabajando hasta los 70 para cobrar pensiones cada vez más magras?
Sueñan con una nueva esclavitud aceptada por los seres inferiores que hacemos andar el mundo para que unos pocos se suban a las pirámides de este siglo: yates, champan y cuentas offshore. 

Porque los trabajadores son un costo más, como dijo el presidente hace un tiempo. 
Un costo, un mero número detrás del cual desaparecen las personas, sus vidas, sus alegrías y sus padecimientos.

No hay que quejarse tanto. A llorar a la iglesia.  
Si tienen hambre que vayan a los comedores.
Habría que dinamitar todo.

El discurso único avala la certeza de que son mejores, de que son los buenos, los ciudadanos de bien, los que se indignan contra quien pone en palabras el horror de que algunos venden droga en las villas porque no encuentran otra salida, los que justifican con explicaciones xenófobas que corran y decomisen a los manteros o a algún vendedor de paltas en la calle.

“Somos los que queremos vivir en paz” dicen los Humpty Dampty enloquecidos por convencer y confundir en el país de las maravillas que se han armando mientras destruyen a millones.

“Si perdemos es fraude” amenazan sin advertir que hoy son cada vez menos los que comparten el significado del falso silogismo porque cada día de octubre que transcurre van dejando de ser ellos los que mandan.


Patricia Riche

Comentarios

Unknown ha dicho que…
Me encantó. Lindísimo el texto. Brillante la metáfora.

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