Cualquiera es culpable…hasta que demuestre lo contrario

Las hordas que reclaman crucifixión no entienden razones. 
Se nutren de la locura y la desmesura de quienes los informan.
En la ignorancia y la violencia que los anima nos devuelven a la barbarie. 
¿no es posible aclarar tanto barullo mediático con palabras que expliquen la verdad legal?
Como argentina me gustaría que la Corte explicara en conferencia de prensa por qué hizo lo que hizo en vez de dejar que lo tergiversen por ella periodistas inescrupulosos y la obliguen a retroceder en sus decisiones. 
Por lo que pude averiguar, no se trata de garantizar impunidad sino justamente de todo lo contrario. 
No llevaría mucho tiempo para ellos derrotar la verborrea colérica que desparrama que no habrá juicio cuando solo se trata de suspenderlo hasta investigar “la prueba”. 
Una prueba que es necesaria para que el juicio se pueda llevar a cabo sin nulidades que  habiliten no conocer nunca la verdad y dejar libres a los autores del delito -si lo hubiere. 
No soy abogada pero aprendí como cualquier hijo de vecino que nadie es culpable hasta que se demuestre lo contrario y no como dijo el Ministro de Justicia de la Nación- “el acusado puede demostrar su inocencia durante el juicio”.  Sé también que ese principio conquistado hace siglos es el que nos convierte en sociedades más seguras respecto de aquellas donde linchar era moneda corriente.
Nadie tiene que demostrar su inocencia: es su culpabilidad la que debe ser demostrada durante un juicio por los fiscales. Y para ello hacen falta pruebas. Porque las pruebas garantizan la legalidad del proceso. 
¿Pero a quién le importan las pruebas cuando la cosa está juzgada de antemano en los canales de televisión?
Posponer un juicio no es suspenderlo. 
El derecho a defensa es un derecho legítimo y no un beneficio que se otorga graciosamente.
Presionar jueces no es lícito ni deseable para ninguna democracia, ni para ciudadano alguno -por más bronca que se le tenga. 
Pero las cacerolas vuelven siempre para exigir sin argumentos cualquier cosa a la que las alienten desde las pantallas impunes. Son pocas y furiosas, pero son amplificadas por quienes las inflaman.
Y la Corte retrocede sin explicaciones…
Raro mensaje para una sociedad bastante confundida. Y para quienes deseamos justicia para todxs. 
Las decisiones de los “Supremos” no parecen depender de la ley ni de sus convicciones.

Patricia Riche

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