Verdad y mas verdad…que algo quedará


Los días del coronavirus avanzan sumando muerte y desastre económico a nivel global.
El Primer Ministro inglés negó, se contagió, se curó y se convirtió en un agradecido sobreviviente de la salud pública.
El presidente de Brasil negó, invitó a millones a que se contagien y a miles a que mueran hasta que él también se contagió -o eso dice- mientras hace lo que parece la publicidad de un medicamento que quiere promocionar en el mercado farmacéutico.
El primer mandatario norteamericano se limitó a negar -con diferentes grados de intensidad- y aunque aún no se contagió, carga sobre sus espaldas el triste récord de tres millones de infectados y un número que supera en víctimas al de la guerra de Vietnam. 
El gobierno argentino nos cuidó y nos cuida. Del virus y de la violencia de una clase dominante que busca convencernos de salir a reclamar por nuestras libertades y -de paso- por la de una cerealera que al parecer consumó una estafa millonaria en connivencia con el ex presidente de Banco Nación y ha sido denunciada no sólo en Argentina si no también en Estados Unidos. 
Gracias a la inestimable colaboración de los grandes medios siempre fieles a sus intereses han logrado que contra toda lógica sanitaria grupos minoritarios se manifiesten -algunos sin distancia ni barbijo- poniendo en riesgo no solo sus vidas sino la de los demás. Puede que sean pocos, pero sus voces están cuidadosamente amplificadas.
Salen a la calle convencidos de estar haciendo lo correcto. Los respalda una lista desordenada e irreflexiva de “porques”.
Porque “cuando la patria está en peligro todo está permitido excepto no defenderla”. Porque los corruptos son los que se robaron un PBI y lo enterraron quién sabe donde allá en el sur. Porque por esa plata mataron al ex secretario de CFK, que hace diez años que no trabaja con ella pero no importa, porque ella seguro que sigue involucrada; porque a la secretaria de documentación del ex presidente que espió a todo el mundo, propios y ajenos, nadie la conocía porque por supuesto no es posible conocer a todos los funcionarios y hacerse cargo de lo que hacen. Porque Ella si podía y debía saber lo que hacían porque era la jefa de la banda, responsable de la que se llevó Lopez en los bolsos y la que se llevaron los empresarios K, como los de C5n, que son unos mafiosos que no merecen la libertad de expresión de la que gozan los periodistas independientes…bah..de la que gozaban, porque ahora está amenazada por este gobierno que quiere mandar presos a los que dicen cómo son las cosas en este país de mierda en el que no paran de instalar el odio y la división mientras liberan asesinos, violadores y buscan impunidad para los propios.  
¿Agotador no?
Pero ahí van en alegre montón los militantes del odio conducidos por la política del odio. Esos ciudadanos de baja intensidad que prefieren creer en conspiraciones que no requieren de  ninguna evidencia para seguir alimentando la podredumbre de la doble vara. Y hasta llegan a entregar sus vidas en el empecinamiento, como le sucedió al señor anticuarentena que se tragó el sapo de la Infectadura y organizó marchas fulminantes para defender su derecho a contagiarse y a morir de un virus que no existe.

Salen a luchar por la Constitución y la Libertad y atacan a movileros de la prensa que no les muestra lo que ellos quieren ver. 
¿Ninguno se cuestiona? ¿Qué estoy defendiendo? ¿Qué estoy diciendo? ¿Qué estoy haciendo? Claro que no. Les sumo un por qué: Porque los comunicadores que los alientan tampoco se lo cuestionan -al menos en cámara- y cuando se ven obligados a mostrar esas agresiones las pasan edulcoradas con algún atenuante del tipo “la gente esté enojada”, o “somos grandes, ir a esa marcha es una provocación”. O porque un diario ignorando golpes, rotura de vidrios y amenazas escribió que “un móvil de tv provocó revuelo entre la gente”. 
Y así para esa “gente” no hay contradicción porque se sienten avalados por sus referentes que les aseguran que ese medio que atacaron es un grupo mafioso y que ese partido político que desprecian es una asociación ilícita.

Se autoadjudican el lugar de la verdad, de la república y de la libertad frente a los que señalan como corruptos o fanáticos.
Entonces no se percibe como difamación cuando se vincula a la ex mandataria con la muerte de Nisman o se insinúa que está relacionada con el crimen de su antiguo secretario. 
Se tolera sin que nadie se ponga colorado cuando el comediante Baby Etchecopar dice en una mesa que Cristina es un cáncer. No se escucha insulto, ni discriminación hacia una mujer, no hay afrenta a la investidura de la Vicepresidenta de la Nación, ni ataque a las instituciones porque “ella” ha dejado de ser una persona, ha dejado de ser una mujer. Es solo “eso” que han instalado -quizás sin retorno- a fuerza de repetición: un emblema de la corrupción y del crimen organizado.
Miente miente…

Con esa indecencia devastadora, a lo largo de estos años han dejado un lamentable reguero de muertos civiles al destituir por “mal desempeño” a jueces que molestaban, al encarcelar arbitrariamente opositores para distraer de sus paraísos fiscales y múltiples negociados locales, al dejar sin trabajo a periodistas y artistas estigmatizándolos con la letra K. 
Un cambalache, el reino de la doble vara.  
Ahora que no se necesitan fotocopias de cuadernos quemados ni tapas recurrentes con falacias nunca desmentidas para demostrar que hubo una mesa judicial, que hubo causas armadas con el objetivo de envilecer, demonizar y destruir a personas y empresas, ahora, hablan de persecución y de venganza.

Se apropian de la ética, la mesura, el equilibrio, la transparencia y dan entrevistas a programas extranjeros de ultra derecha y no tanto en los que manifiestan la insólita preocupación de que este gobierno elegido por el pueblo hace tan sólo siete meses vaya camino al comunismo. Agitan irresponsablemente la muletilla de que no queremos ser Venezuela, y distorsionan y tergiversan una cuarentena obligatoria que privilegia la vida para presentarla como una suerte de prisión domiciliaria impuesta para controlarnos y reprimirnos. 

Tuvimos la suerte de que nos gobernaran cuatro años y demostraran lo mal que lo pueden hacer. Tuvimos nuestro “Bolsonaro” elegido en las urnas y logramos derrotarlo tras cuatro años de destrucción del Empleo y del Estado, tras cuatro años de endeudamiento y fuga descontrolada. Quedó muy poco en pie. Sin embargo se comportan como si no hubieran sido responsables y aprovechan la situación dramática para denunciar abusos y mala gestión durante la pandemia. 
¿Estarán planeando construir la figura de un Guaidos, o tal vez de una Añez? 
En este contexto mundial de tragedia sanitaria, económica y social, no parecen estar dadas las condiciones para intentar un nuevo “golpe blando” en la región, y menos en un país como el nuestro, tan clara y crudamente  fogueado contra ese tipo de escaladas.
Pero estemos atentos y en la medida de lo posible respondamos como sugiere con gran tino un compañero, parafraseando la propaganda fatal: divulguemos verdad y más verdad…porque seguro que algo quedará. 

Patricia Riche

Comentarios

Unknown ha dicho que…
Excelente nota! De lo mejor que he leído,aunque no lo hago mucho ultimamente acerca de estas cuestiones porque ME HACE MAL.
Unknown ha dicho que…
Pero tomo la idea de insistir con la VERDAD.

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