No news..(good news)


En estos días no parecen abundar las noticias con las que socavar el ánimo cotidiano de los argentinos.

Todo perdió vigencia de tan recurrente: las caras, los temas, las quejas.

El ejército de detractores del país se repite hasta el hartazgo y la saturación. 

Van por lo mismo una y otra vez y de tanto ir el cántaro a la fuente...

Los jueces transplantados, Vicentín, los mapuches, la propiedad privada, la libertad de expresión, las “rutas” de dinero y hasta la inseguridad se marchitan como escándalo a fuerza de reiterarse en vano. 

Además, convengamos, empieza a hacer calor para salir a escupir bronca con barbijo o sin él en nombre de ya no saben ni qué. 


El dólar baja, el acuerdo con el FMI rueda sobre rieles bien aceitados después de la renegociación con los acreedores privados, se aprueba el presupuesto, la economía empieza a moverse un poco tras el estancamiento y la inflación -aunque alta aún- es la mitad de la del 2019. 

El periodismo catástrofe simula no enterarse. 

Se empeña en promover la desconfianza y el pesimismo. 


El envío de la IVE para ser tratada en el congreso se suma a la media sanción de la ley de fuego para frenar la especulación en la quema de pastizales y a la de la contribución solidaria que deberán pagar unos 9.200 pobres millonarios. 

Desde el columnismo refutador se desesperan para seguir generando sospecha sobre cualquier cosa que impulse el oficialismo. 


El ataque a la vacuna rusa naufraga con el aparición de otras de origen menos ideológico y que por las buenas gestiones del ministerio de salud también están en la cola para llegar en breve. Los contagios y las muertes por covid se estabilizan a la baja, casi no son noticia y como si esto fuera poco los zócalos agoreros no logran impedir la comparación: gracias a Dios y -aunque pretendan negarlo- como resultado de una temprana cuarentena las vidas perdidas a diario siempre dolorosas nunca alcanzaron la magnitud escalofriante de Europa, Estados Unidos o Brasil, que superaban con holgura los mil decesos cada 24 horas.

Los desinformadores habituales ignoran esos datos.

 

Las supuestas fricciones dentro del partido gobernante quedan opacadas por las peleas reales que amenazan con separar a los que permanecen Juntos x ningún Cambio o por intervenciones  como las de la  Ministra de Educación de la ciudad que trató de pobres, viejos y frustrados a los docentes que se las arreglaron para sostener el aula a distancia y contener a niñes y adolescentes  en el nuevo vínculo pandémico de aprendizaje. 

No parece haber mucho sobre lo que el virus mediático pueda continuar horadando y entonces se abocan a ocultar tanto las primeras luces al final del "túnel" en el que nos metió  el gobierno anterior como los sincericidios groseros de sus dirigentes.


En aras de ese ocultamieto de repente se mechan antiguos crímenes con toma de terrenos y alguna entradera. 

Pero por mucho que insistan y repitan ¿alcanza con el odio militante de algunos para seguir odiando lo que no existe?


¿lo negativo suma cuando se multiplica?

La matemática dice que si: menos por menos es más. 

Será cuestión de ver a quién le suma en la ecuación política. 


Por lo pronto la buena nueva de que no haya noticias ilusiona con que la cuenta empiece a dar por algún tiempo a favor nuestro.


Patricia Riche

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